¿Cuánto poder tienen los gobernadores/as mexicanos?, ¿cómo se diferencia a un gobernador/a fuerte de uno débil?, ¿esto se relaciona con los partidos políticos que los abanderan?, ¿cuáles gobernadores/as han tenido más poder y cuáles menos? En este post se responden estas preguntas para mostrar que hay diversas magnitudes en la capacidad de influencia y ejercicio de poder de los ejecutivos locales de México. Para ello nos centramos en el periodo 2000-2018.
Introducción
Los gobernadores/as empezaron a tener un papel más protagónico en el sistema político mexicano a partir del año 2000. Esto, debido a que se adjudicaron muchas de las capacidades del llamado “presidencialismo mexicano”, por ejemplo: la selección de candidaturas (a gobernador, en el legislativo local y los principales municipios) y control del partido. Otro aspecto por considerar es el arreglo fiscal establecido en el sexenio de Zedillo, lo cual les aseguro recursos (sin el costo de recaudación) vía participaciones y aportaciones federales.
Lo anterior les permite cierto control en el territorio que gobiernan, no obstante, la selección de candidaturas también abarca espacios en el legislativo federal, lo cual les brinda poderes informales para negociar en el espacio nacional. Inclusive, algunos pueden gozar de una buena relación con el ejecutivo federal, lo cual afianza su posición. Es decir, un gobernador/a tiene varias fuentes de poder en un sistema político de corte multinivel como el mexicano, pero es cierto que no todos cuentan todo el tiempo con la misma capacidad de influencia ni posibilidad de ejercer poder.
Para medir ese poder construí un Índice de Poder del Gobernador/a, que permite discriminar cuán poderosos fueron los ejecutivos locales mexicanos que gobernaron entre 2000 y 2018, y también contribuye a ordenarles en un ranking de poder de los gobernadores/as.
¿Cómo se mide el poder del gobernador/a?
La manera en que se identifica al poder del gobernador/a es producto del cruce de dos dimensiones: la primera, el origen de las capacidades de este actor, es decir, a nivel local y federal; la segunda es el modo en que se enmarcan esas capacidades: de manera formal (plasmada en leyes y reglamentos) o informal (sin un sustento legal, por ejemplo, la disciplina partidaria). En el cuadro 1 se presenta este cruce.
Cuadro 1. Componentes que conforman el Índice de Poder del Gobernador/a
Fuente: Elaboración propia.
Este cruce genera cuatro componentes, que en su conjunto muestra el poder de un gobernador/a. Si bien existen varios instrumentos que han medido está característica, en algunos sólo se consideran el poder local formal (https://bit.ly/2U42q0G), es decir, las capacidades que un gobernador/a obtiene desde las normas locales. Otros sólo ven aspectos del poder local informal (https://bit.ly/2G7fVJd, https://bit.ly/2Uq3wZJ), por ejemplo, características propias del desempeño y carisma del responsable del ejecutivo local, así como la composición de la legislatura y el personal administrativo que lo acompaña.
Sólo se encontró un trabajo que considera capacidades provenientes desde el nivel federal (https://bit.ly/2TYviaB), aunque el peso en su medición es mínimo. Por ello, para esta investigación se decidió construir el Índice de Poder del Gobernador/a (IPG), el cual considera a los cuatro componentes señalados, y es replicable anualmente desde el año 2000. La información de este índice en su forma bruta puede ser difícil de procesar (la conformación del índice, variables, indicadores y valores se encuentra en el apéndice al final del texto), por ende, en este texto se presenta de forma más accesible.
Se identifica el periodo de gobierno de todos los ejecutivos locales que iniciaron y concluyeron su administración entre 2000 y 2018, y se promediaron los puntajes que obtuvieron en el IPG en los años respectivos, así, se obtiene un puntaje general de su administración. Lo anterior nos arrojó 73 casos por considerar.
Diferenciando el poder del gobernador/a
En un primer momento, se clasificó a los ejecutivos locales como: débiles, medios y fuertes. Para una mejor diferenciación, se dividió en dos cada una de estas tres clasificaciones. Así, en un rango de 0 a 1 quedan como se muestra en el cuadro 2.
Cuadro 2. Rangos y magnitudes del poder del gobernador/a
Fuente: Elaboración propia
El poder de los gobernadores/as en México entre 2000 y 2018
En la gráfica 1 se observa en qué clasificación se encuentran los ejecutivos locales mexicanos. La misma distingue el partido político que los abanderó. El primer aspecto por resaltar es que no existen casos extremos, es decir, no hay gobernadores/as ni “muy fuertes”, ni “muy débiles”. También se distingue que la mayoría de los gobernadores/as se encuentra en la parte media, aunque son más los que se hallan en la “media fuerte”, que en la “media débil”. Si bien existen gobernadores “fuertes” y “débiles”, son los menos del total de la muestra elegida.
El componente partidista también resulta interesante, el único caso que se ubica en la clasificación de “débil” corresponde a un gobernador emanado del PRD. En cuanto a los “medios débiles” son más los ejecutivos locales provenientes el PRI y PRD. En los “medios fuertes” muestran una gran presencia los gobernadores/as del PRI y PAN, aunque los primeros contribuyen en mayor medida a esta clasificación; en los “fuertes”, sólo PRI y PAN se encuentran representados.
Para ahondar en mayor medida en el componente partidista, se observa en la gráfica 2 el porcentaje total de gobernadores/as emanados de los partidos políticos mexicanos, y se diferencia la magnitud de poder de éstos. Un aspecto que no pasa desapercibido es el porcentaje de ejecutivos locales que ganaron por el PRI, más del 50% de la muestra; como se había visto en la gráfica anterior, la mayoría pertenece a la clasificación de “medio fuerte”.
El segundo partido con más representación es el PAN, con casi el 25% del total de casos. La mayoría de sus gobernadores también pertenecen al “medio fuerte”. El PRD sólo alcanza un 15% de administraciones y en gran medida se ubican en los “medios débiles”. Por último, existen dos gobernadores emanados de fuerzas políticas pequeñas, pero que lograron su triunfo mediante alianzas, por ello figuras surgidas del Partido Verde y Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) se encuentran representadas en la gráfica, con clasificaciones de “medio fuerte” y “medio débil”, respectivamente.
Ranking de gobernadores
En el ranking comparado, el caso que representa a un gobernador débil es el de Graco Ramírez, titular del ejecutivo en Morelos de 2012-2018. En el otro extremo, los casos que representan a gobernadores fuertes son: Eruviel Ávila cuya administración duró entre 2011-2017 en el Estado de México, y Juan Manuel Oliva en Guanajuato, quien gobernó entre 2012-2018. Todos son gobernadores que recientemente dejaron su puesto.
En el espectro de gobernadores “medio débiles” se hallan casos como los tres últimos jefes de gobierno de la CDMX, aunque AMLO (2000-2006) y Marcelo Ebrard (2006-2012) muy próximos a clasificación de “medios fuertes”. También existen gobernadores que no dejaron muy buena imagen, tales como Fidel Herrera (Veracruz, 2004-2010) y Andrés Granier (Tabasco, 2007-2012).
En los casos “medios fuertes”, tenemos figuras como Humberto Moreira (Coahuila, 2005-2011), César Duarte (Chihuahua, 2010-2016) y Javier Duarte (Veracruz, 2010-2016) personajes desprestigiados por actos de corrupción en su administración, aunque su poder es más cercano a los “medios débiles”. Por el contrario, casos como el de Manuel Velasco (Chiapas, 2006-2012) y Roberto Borge (Quintana Roo, 2011-2016), gobernadores con amplías denuncias en su mandato, están más próximos a la clasificación de “fuertes”.
Reflexiones finales
Esta investigación da cuenta de la diversidad en el poder de los gobernadores/as; aunque el mayor porcentaje se concentra en la clasificación de “medio fuerte”. Un aspecto por destacar es que no hay casos extremos, es decir, ni muy débiles ni muy fuertes. Lo anterior es bueno para cualquier democracia, ya que un gobernador muy fuerte implicaría una falta de contrapesos desde el nivel local, así como el nacional; un gobernador muy débil sería una figura sin presencia en el mapa político, y no sería un contrapeso en el entramado local, ello significaría que el poder reside en otra institución.
Es clara la dominación de gubernaturas por parte del PRI, en gran medida por las bases que aún conserva en los estados, llama la atención que la mayoría de sus gubernaturas se encuentra en la clasificación de “medio fuerte”.
Para cerrar, cabe reflexionar sobre las limitantes que hay para que una mujer acceda a estos puestos de elección. Del total de casos considerados sólo dos son representados por mujeres, es decir, el 2.7% de la muestra. Estas son Amalia García (Zacatecas, 2004-2010, PRD) e Ivonne Ortega (Yucatán, 2007-2012, PRI). La primera en la clasificación “medio débil” y la segunda en “medio fuerte”. Inclusive, si se considera a las gobernadoras en funciones el porcentaje aumenta muy poco con Claudia Pavlovich (Sonora, 2015-2021, PRI) y Claudia Sheinbaum (CDMX, 2018-2024, Morena). El número pudo incrementarse con Martha Érika Alonso (Puebla, 2018, PAN), espacio que, según las candidaturas y encuestas (https://bit.ly/2KnkFyy), será ocupado por un hombre.
Apéndice: Operacionalización del poder del gobernador/a
En los cuadros A1 y A2 se describe la forma en que se identificaron los componentes establecidos en el cuadro 1. Para esto se generaron dos dimensiones: el poder local del gobernador/a y la influencia federal del gobernador/a, cada cuadro abarca a éstas. Se observan los componentes (variables), los indicadores que las capturan en la realidad, la fuente de obtención de la información, la manera en que se asignan valores, y el peso de cada indicador. La suma de todos da el puntaje de 1, lo cual significaría un gobernador/a muy poderoso, por el lado contrario, un puntaje cercano a 0 nos señala un gobernador/a muy débil.
Fuente: Elaboración propia.
Fuente: Elaboración propia.