Sin prostitución no hay trata: ¿Un viaje sin retorno a España?

Belén Blázquez Vilaplana

Profesora Titular de la Universidad de Jaén (España) y Red de Politólogas

¿Por qué no se identifica la prostitución y la trata de personas con fines de explotación sexual como violencia de género y/o machista? ¿Qué ha hecho que España se haya convertido en el primer destino de mujeres objeto de trata en Europa y el tercero a nivel mundial? ¿Cuál es la relación entre prostitución y trata de personas? ¿Cuál es el destino de las mujeres que llegan a España para ser esclavizadas a través de la trata de personas con fines de explotación sexual? ¿En qué medida este es un problema público del país de origen o del de destino? ¿Hay salida?

I. Destino: España

Un número indeterminado de mujeres procedentes de algún país latinoamericano ingresa cada año a España a través de sus aeropuertos —sobre todo los de Madrid y Barcelona— para ser empleadas en la trata de personas con fines de explotación sexual. En su mayoría fueron engañadas, pues creen que desempeñarán trabajos relacionados con la belleza, la hostelería, o el cuidado de personas mayores y/o niños y niñas. Otras saben que trabajarán en la prostitución, pero desconocen el tipo de negocio que hay detrás y que al cruzar el control de aduana pasarán a integrar una enorme cadena de explotación y violación sistemática de los derechos humanos.

La ilegalidad y transnacionalidad de este delito dificulta generar datos fidedignos sobre su magnitud. No obstante, se estima que la trata de personas con fines de explotación sexual es el segundo negocio más rentable del mundo – luego del tráfico de armas  y antes que el tráfico de drogas– generando miles de millones de euros al año.[1] Existen cifras que indican que 2.5 millones de personas en el mundo que son víctimas de este delito [2], pero de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, por cada persona que es identificada como objeto de trata, existen 20 que no lo son [3]. De ahí que con toda seguridad, las cifras de incidencia subestiman severamente el problema tanto a nivel global, como dentro del territorio Europeo y español[4]. Además del problema de subestimación, debe considerarse un análisis con perspectiva de género: como se desprende de los diferentes estudios, más del 90% de las personas objeto de trata son mujeres y niñas.[5]

De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, por cada persona que es identificada como objeto de trata, existen 20 que no lo son

España destaca tanto como país de tránsito así como de expulsión y llegada de mujeres objeto de trata. España es el tercer país en trata de personas.[6]

Visitar un prostíbulo para festejar una despedida de soltero, la firma de un negocio o una salida de amigos está completamente normalizado entre los hombres españoles.[7] Obviando, por desconocimiento o porque no les interesa, lo que se esconde detrás de la prostitución. Aunque es cierto que no todas las mujeres que ejercen la prostitución son objeto de trata, no lo es menos que la trata no podría vivir sin la prostitución.[8]

En España está el mayor prostíbulo de Europa – en la Yunquera –; dos de cada tres hombres afirman haber recurrido en algún momento al servicio de una prostituta y de éstos, dos de cada tres consideran que no es una forma de violencia hacia la mujer.[9] Al contrario, se ve como una forma de ocio que ha crecido mayoritariamente entre la población entre los 18 a los 35 años.

El hecho de que exista una demanda permanente, en aumento y con exigencias cada vez más diversificadas – entre ellas sobresale el tener sexo con menores – conlleva que el delito de trata se mantenga y se incremente año tras año. Sin demanda no habría oferta y estas mujeres vienen a cubrir los deseos de los hombres que en España consideran que acceder a tener sexo con una mujer es “un derecho” y que como tal hay que satisfacerlo.[10] En un sistema patriarcal y neoliberal, las mujeres se convierte en un producto que, a diferencia de las armas o la droga, sólo “hay que lavar para volver a usar”.[11]

II. Países de procedencia

Mujeres brasileñas, colombianas, paraguayas y dominicanas son las que en mayor número llegan a España, pero no las únicas.[12] Llaman poderosamente la atención las mujeres procedentes de dos de estas nacionalidades. Por un lado, las paraguayas, porque vienen de la misma zona geográfica y muchas de ellas no hablan castellano y, por otra, las colombianas, debido a que han sido consideradas como “el sustituto perfecto” a las dificultades que se han encontrado para la entrada ilegal de drogas desde dicho país. En los demás casos, lo que vende es la llamada de lo exótico.

Mujeres brasileñas, colombianas, paraguayas y dominicanas son las que en mayor número llegan a España, pero no las únicas.

Existen numerosos testimonios de mujeres de América Latina en que narran el engaño del que fueron víctimas para llegar a España. Algunas por sus propias familias y en su mayoría teniendo siempre como horizonte una vida mejor para ellas y su entorno familiar. En este caso, a diferencia de lo que ocurre con las rumanas y de otros países de Europa del Este, no se suele utilizar el gancho del latin lover para traerlas sino, por el contrario, se ofrece una oferta laboral que les permitiría salir de la situación de pobreza y escaso futuro que tienen en sus países. La realidad, cuando llegan a territorio español, es muy distinta.

Lo primero que pierden es su pasaporte, lo segundo su identidad -cuando son encerradas, sobre todo, en prostíbulos de carretera-  y lo tercero su realidad, no siempre en ese orden. Al llegar se les hace partícipe de la deuda que han contraído con el proxeneta español y de las consecuencias que para sus familiares – los que han quedado en origen – tendría el que no hicieran frente a la deuda o intentaran denunciar.

Su historia en España se convierte en una llegada sin retorno. Incluso en el caso de que consigan tras una denuncia salir de la trata, muchas de ellas no quieren volver por el estigma y la vergüenza que tienen por haberse dedicado a la prostitución. Muchas no intentan salir, pasan a ser las invisibles de las invisibles en un mundo de explotación y violencia. Ello, cuando sobreviven a una espiral de adicciones y deshumanización.

III. ¿Qué hace el gobierno español?

En España la prostitución no es ilegal, ni legal sino que es a-legal. No se puede perseguir a la persona que ejerce la prostitución ni a aquella que usa o contrata el servicio de una prostituta. La única opción es ir contra el proxeneta que la explota y la humilla. Pero no hay que olvidar que estamos hablando de mafias que mueven miles de millones de euros y siempre parecen ir un paso por delante de la normativa que intenta acabar con el negocio.

El Protocolo de Palermo[13] reconoce por vez primera a la trata como un delito, el cual ha sido firmado y ratificado por gran parte de los países latinoamericanos y europeos, entre ellos, España[14]. En la actualidad, en territorio español, no existe aún una Ley Integral contra la trata de personas con fines de explotación sexual, a pesar de que ha sido una promesa reiterada por los partidos de izquierda y que, en esta última legislatura, parecía que finalmente llegaría al Congreso.  La convocatoria de elecciones dio fin a las esperanzas puestas en la futura ley. Lo que se ha hecho – y ha habido avances a pesar de todo – es trabajar con dos Planes Integrales contra la Trata, el segundo de ellos con vigencia hasta el 2018 y que ha quedado a la espera de dar lugar a un tercero por la que parecía la inminente aprobación de una Ley Integral. Ello porque la trata de personas con fines de explotación sexual no se ha considerado violencia de género hasta hace unos meses.

Con la firma del “Pacto de Estado contra la violencia de género”, que amplía dicho concepto dando cabida a esas “otras formas de violencia hacia las mujeres”, las cosas parecen que han comenzado a cambiar.

La definición sobre violencia de género que recogía la Ley Orgánica aprobada en 2004 [15],  ha provocado que esas otras formas de violencia que no estaban bajo el amparo de dicha definición fueran consideradas como violencia hacia las mujeres de “segundo orden”. Ello, a pesar de lo recogido en el Protocolo de Palermo, ratificado por España en el 2003 y de otras muchas declaraciones, tratados y convenios internacionales de los que forma parte el gobierno español.

Con la firma del “Pacto de Estado contra la violencia de género”, que amplía dicho concepto dando cabida a esas “otras formas de violencia hacia las mujeres”, tales como la trata, la mutilación genital femenina o los matrimonios concertados, las cosas parecen que han comenzado a cambiar. Las campañas de sensibilización y denuncia que se han ido sucediendo en los últimos años; la visibilización de la trata como problema en la agenda gubernamental y la fuerza que están alcanzando algunos grupos y movimientos feministas tras el 8M están empezando a mover, poco a poco, conciencias, generando en consecuencia políticas públicas destinadas a erradicar toda forma de violencia hacia las mujeres.

 


[1] Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. (UNODC) (2012) Informe Trata de personas: delincuencia organizada y venta multimillonaria de personas. Viena http://www.unodc.org/unodc/es/. Recuperado el 7/Abril/2019

[2] Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, en el mundo hay más de 21 millones de personas víctimas de trata, entre las cuales están incluidas las de explotación sexual. Organización Internacional del Trabajo (2014): Informe: Trabajo forzoso, tráfico humano y esclavitud. Ginebra: OIT.

[3] Para mayor información véase la página oficial de la UNODC https://www.unodc.org/unodc/en/human-trafficking/index.html?ref=menuside. Recuperado el 7/Abril/2019.

[4] UNODC (2010), Trafficking in Persons to Europe for sexual exploitation. https://www.unodc.org/. Recuperado el 7/Abril/2019.

[5] APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida) (2015): La trata de personas con fines de explotación sexual. http:// apramp.org/download/la-trata-con-fines-de-explotación-sexual. Recuperado el 19/4/2019; Organización de Naciones Unidas. Hacer las promesas realidad: la igualdad de género en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible. ONU Mujeres. http://www.unwomen.org/es. Recuperado el 10/4/2019; Laura Nuño Gómez (2017): “La trata de seres humanos con fines de explotación sexual: propuestas para un cambio de paradigma en la orientación de las políticas públicas” En Revista de Derecho Político. UNED. Nº 98, enero-abril. pp 159-187.

[6] APRAMP (2011) La trata con fines de explotación sexual. Disponible en: https://apramp.org/download/la-trata-con-fines-de-explotacion-sexual/ Recuperado el 8/Abril/2019; Pérez Freire, S. (2018). “Imaginarios sociales de la prostitución y la trata sexualtransferencias en la invisibilidad”. En Atlánticas. Revista Internacional de Estudios Feministas , 3 (1), pp- 62-84.

[7] Águeda Gómez, Silvia Pérez y Rosa María Verdugo (2015): El putero español. Quiénes son y qué buscan los clientes de la prostitución. Madrid: Catarata. Rosa Cobo (2017): La prostitución en el corazón del capitalismo. Madrid: Catarata.

[8] Carracedo, R (2010) “Prostitución y Trata” en Themis, Revista Jurídica de Igualdad de Género, nº 7. Dossier: Trata de seres humanos con fines de explotación sexual. pp- 22-28; Nuño, L. (2017): “La Trata de seres humanos con fines de explotación sexual: propuestas para un cambio de paradigma en la orientación de las políticas públicas”. En UNED. Revista de Derecho Político. Nº 98, pp. 159-187; COMISIÓN EUROPEA (2009-2012) Comprehensive Plan to combat trafficking in human beings for the purpose of sexual exploitation. Disponible en: https://ec.europa.eu/anti-trafficking/sites/antitrafficking/files/comprehensive_plan_on_combating_thb_2009_2012_en_1.pdf. Recuperado el 8/Abril/2019.

[9] Carmen Meneses, Antonio Rúa y Uroz, Jorge (2018): “Explorando los motivos para pagar servicios sexuales desde las opiniones sobre la prostitución” En Revista Internacional de Sociología. Vol. 76, Nº 2. pp 1-15. https://doi.org/10.3989/ris.2018.76.2.17.47. Recuperado el 6/Abril/2019.

[10] APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida) (2005): Guía: La prostitución. Claves básicas para reflexionar sobre un problema. https://apramp.org/download/la-prostitucion-claves-para-reflexionar-sobre-un-problema/ Recuperado 21/4/2019; Carmen Meneses, Antonio Rúa y Uroz, Jorge (2016): Informe: Apoyando a las víctimas de trata con fines de explotación sexual. Madrid: Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

[11] Testimonio recogido en el Documental de Mabel Lozano “Chicas Nuevas, 24 horas”.

[12] Gobierno de España (2015): Plan Integral de lucha contra la Trata de Mujeres y Niñas con Fines de Explotación Sexual 2015-2018. Madrid: Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

[13] Naciones Unidas. Oficina contra las Drogas y el Delito (2000): Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos. https://www.unodc.org/documents/treaties/UNTOC/Publications/TOC%20Convention/TOCebook-s.pdf. Recuperado el 7/4/2019.

[14] Boletín Oficial del Estado, núm. 296, de 11 de diciembre de 2003, páginas 44083 a 44089.

[15] Artículo 1: Todo acto de violencia (…) que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. (…) que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. https://www.boe.es/eli/es/lo/2004/12/28/1/con. Recuperado el 7/4/2019.

 

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